Hace poco menos de un año, cuando el gobierno de Milei transitaba sus primeros meses de gestión, desde Fundación Poliedro advertimos cómo el abandono de una política exterior autónoma -consecuente con la tradición diplomática del país en conflictos internacionales-, el alejamiento de su ámbito más cercano tensionando sus relaciones con los países de la región, y el entusiasmo por brindar señales claras de alineamiento incondicional a Occidente podían perjudicar la posición argentina respecto al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.[1]
El 2 de abril de 2024, el presidente Milei mencionó que: “El mejor homenaje a los que dieron la vida por nuestro país es defender el reclamo inclaudicable por la soberanía argentina sobre las Malvinas, pero un reclamo real y sincero, no meras palabras en foros internacionales con nulo impacto en la realidad”.
Si bien es real que el país necesita desde hace tiempo un cambio del statu quo en el escenario del Atlántico Sur, el cambio de estrategia en torno a Malvinas propuesto por el gobierno no es conducente mientras esté orientada a fortalecer la relación asimétrica con el Reino Unido.
Hoy, a un año de aquella frase, en el marco del 43° homenaje a los Veteranos, Veteranas y Caídos en la Guerra de Malvinas, nos permitimos continuar reflexionando en torno a cómo las decisiones del gobierno actual en política exterior, no sólo no constituyen un “reclamo real” sino que marcan un franco retroceso en el histórico reclamo de soberanía argentina sobre las islas.
Breve historia y conflicto
Las Islas Malvinas fueron ocupadas por fuerzas británicas en la década de 1830, a pesar de que Buenos Aires ya había establecido su autoridad política en el territorio. Para 1833, en un contexto de profundos conflictos internos en la Argentina, las islas quedaron en una situación de desgobierno, lo que facilitó la intervención británica. Ante la ocupación, un grupo de gauchos liderados por Antonio Rivero intentó resistir, pero fue finalmente derrotado en 1834.
El reclamo de soberanía ha sido una constante en la política exterior argentina, incluso en el periodo de la «relación especial» con Gran Bretaña (1880-1930). La defensa de los derechos soberanos sobre las islas y los archipiélagos del Atlántico Sur constituye una política de Estado.
Si bien los actuales habitantes de las Malvinas (conocidos como kelpers) se identifican como ciudadanos británicos, esto no afecta el reclamo argentino, ya que se trata de una población implantada en un territorio ocupado ilegalmente. En consecuencia, el principio de autodeterminación no les es aplicable. Sus referéndums carecen de verdadera legalidad y solo son sostenidos a través de la militarización impuesta por el Reino Unido, situación que hace de los archipiélagos del Atlántico Sur una de las regiones más militarizadas del mundo en términos de proporción entre personal militar y civil, con aproximadamente 2.000 soldados en una población total de 3.000 habitantes.
El 2 de abril de 1982, el gobierno de facto lanzó la operación militar que permitió la recuperación de las Islas Malvinas por parte de Argentina. En virtud de lo documentado en el Informe Rattenbach[2], puede afirmarse que el conflicto fue consecuencia de una serie de errores en la conducción política y en el nivel estratégico nacional, que llevó a una derrota con profundas repercusiones en los ámbitos político, social, económico y diplomático. El gobierno militar ejerció una interpretación errónea de la coyuntura diplomática en la que se encontraba Argentina, tanto en el escenario internacional como en su relación bilateral con el Reino Unido.
Hasta entonces, el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas se había desarrollado de manera sostenida y respetuosa de las tradiciones diplomáticas. Argentina había logrado cierto prestigio en la comunidad internacional, respaldado principalmente por la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en 1965 reconoció la existencia de una disputa con el Reino Unido e instó a ambas partes a negociar una solución para poner fin a la situación colonial.
Sin embargo, en 1982 la imagen internacional de Argentina estaba seriamente afectada por las denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura, lo que había derivado en sanciones como el embargo de Estados Unidos sobre la venta de armamento al país.
El incumplimiento por parte del gobierno argentino de la Resolución 502, aprobada el 3 de abril por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exigía el retiro inmediato de las fuerzas militares de las Islas Malvinas, dio inicio a la mediación del Secretario de Estado de los Estados Unidos, el general (R) Alexander Haig, al tiempo que el gobierno estadounidense brindaba apoyo logístico clave al Reino Unido, permitiéndole el uso de las instalaciones de la Base Ascensión, ubicada en el Atlántico y situada estratégicamente en la ruta naval hacia las islas. Esta asistencia resultó fundamental para las operaciones británicas durante la contienda.
El conflicto se prolongó durante 74 días, con 45 jornadas de enfrentamientos directos. En total, murieron 649 soldados argentinos, de los cuales 323 perecieron en el hundimiento del crucero ARA General Belgrano, un ataque británico fuera de la zona de exclusión, considerado por muchos un crimen de guerra. En combate, las bajas argentinas y británicas fueron similares, con el Reino Unido reportando 268 caídos.
El fin de la guerra se convirtió en un factor determinante en la caída del régimen militar y puso en evidencia las contradicciones del gobierno de facto en el plano internacional: la dictadura autodenominada «occidental, cristiana y anticomunista» terminó enfrentando a la OTAN, recibiendo el respaldo del Movimiento de Países No Alineados y manteniendo como principal socio comercial a la Unión Soviética.
A partir de 1983, los gobiernos democráticos argentinos han sostenido el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas como una política de Estado. Si bien se retomaron las bases para una estrategia sustentada en los principios del derecho internacional y la vía diplomática, las posibilidades reales estuvieron sumamente condicionadas por la inmediatez del conflicto, la inestabilidad económica y la necesidad de subordinar el sector militar al poder político. Durante la década del ‘90, el posicionamiento argentino estuvo caracterizado por el acercamiento al Reino Unido, pero sin avanzar en la cuestión de la soberanía. A partir de los 2000, Argentina endureció su postura y denunció la militarización británica del Atlántico Sur, logrando importantes respaldos a su posición en organismos multilaterales.
Una nueva doctrina de política exterior: el Hiper-occidentalismo y el fin de la autonomía
Actualmente, en un marco general de transición en términos económicos y geopolíticos, donde se evidencian las tensiones entre el multipolarismo y el declive de una hegemonía, Argentina enfrenta el desafío de integrarse a un mundo convulsionado e inestable. Frente a ello, la administración de Javier Milei ha adoptado una impronta refundacional inaugurando una “nueva doctrina de política exterior”, que se caracteriza por el abandono de la autonomía (consecuente con la tradición diplomática del país en conflictos internacionales), y que plantea el alineamiento con un “Occidente” reducido a Estados Unidos e Israel (y eventualmente el Reino Unido) mientras se aleja de su ámbito más cercano tensionando sus relaciones con los países de la región.
Lejos de ser una nueva oscilación de la política exterior, esta etapa pareciera estar rompiendo con los “mínimos comunes” que caracterizaron a la posición de los últimos gobiernos, con una visión donde destacan como emergentes el personalismo, la ideología y la religión como sustentos de la política exterior: se evidencia una cosmovisión sobreideologizada y extemporánea del mundo, con características más parecidas al de los tiempos de la Guerra Fría que a la actualidad, combinando elementos del choque de civilizaciones –donde la religión ocupa un lugar central- con un personalismo exacerbado, en el que se resaltan valoraciones propias respecto a las formas en que se organiza el mundo y sus sociedades.[3]
De este modo, muchas de las tradiciones diplomáticas más relevantes como el multilateralismo, el reclamo sostenido de soberanía sobre las Islas Malvinas, el respeto por los derechos humanos, la protección del medio ambiente, la no proliferación de armas nucleares y la resolución pacífica de controversias, quedan subordinadas a las preferencias y designios ideológicos presidenciales.
El alejamiento del multilateralismo, expresado en el rechazo a organizaciones de relevancia como los BRICS+, o posturas confrontativas que tensionan vínculos estratégicos como los del Mercosur, favorecen el aislamiento político del país en ámbitos donde se podría cooperar en pos de intereses propios. El rechazo a la posibilidad de ingresar al BRICS+ es un ejemplo claro, en la medida en que significó la pérdida de una oportunidad de incrementar el peso relativo para posicionarse en un mundo que tiende cada vez hacia el multilateralismo, y afianzar los vínculos con las economías emergentes que explican buena parte de la canasta exportable de nuestro país. Este bloque representa una instancia multilateral de peso desde la cual amplificar y fortalecer el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas, ya que prácticamente todos los países del bloque apoyan la posición argentina e instan al Reino Unido a sentarse a negociar, tal cual lo establece la Resolución 2065.[4]
El hiper-occidentalismo -que puede definirse como la decisión de enviar señales claras de alineamiento a Estados Unidos e Israel por encima de objetivos históricos de política exterior- anunciado discursivamente en una primera instancia, se ha ido materializando en el primer año de gestión, presentando la subordinación y la lógica de aquiescencia[5] como una novedad, cuando más bien podría interpretarse como una actualización del “realismo periférico”[6] de la década de 1990.[7] Aunque si se identifica un componente innovador cuando se confirma una disposición del gobierno actual de superar la lógica de aquiescencia, en tanto entre sus principales fines no se plantea lograr el apoyo de dichas potencias para obtener dividendos materiales o simbólicos en contrapartida por la deferencia, sino una disposición a la concesión sin una contrapartida.[8]
La cuestión Malvinas en la gestión Milei
El hecho de que la “nueva doctrina de política exterior” haya sido anunciada por Milei ante la visita de la generala Richardson, acuerdos con el Comando Sur, el Pentágono y la CIA en materia de seguridad y defensa, y el claro posicionamiento en el conflicto Israelí-Palestino, son muestras de estas concesiones. A su vez se reconocen una serie de iniciativas que profundizan esta dirección como las solicitudes de Argentina de integrar la Fuerza Marítima Combinada, la Compra de los aviones F-16, la solicitud de condición de Socio Global de la OTAN, y la Argentina como integrante del Grupo Ramstein.[9]
En este marco general, la cuestión Malvinas queda subsumida a un alineamiento sin condiciones con occidente, y las acciones de gobierno han sido compatibles con nuevos avances británico en la región. El sentido que el gobierno de Milei le ha otorgado al diferendo que la Argentina mantiene con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte respecto a la soberanía de las Islas Malvinas, no sólo no contribuyó a afianzar, sino que perjudicó la posición del país en el sostenimiento del reclamo.
A un año de la toma de posesión que dio inicio al gobierno de Javier Milei, la política exterior respecto a Malvinas se ha caracterizado por oscilaciones que no contribuyeron a una percepción de mejora en la posición frente al tradicional reclamo de soberanía. El hiper-occidentalismo primó por sobre la mesura respecto al diferendo que nuestro país mantiene con la potencia europea en relación a la soberanía de las Islas Malvinas.
En concreto, el gobierno promueve hoy un posicionamiento cercano a la postura británica, al contemplar una idea favorable a la autodeterminación de quienes viven en las islas, lo cual implica un nuevo quiebre en la historia del reclamo, similar al de los períodos 1989-1999 y 2015-2019. La novedad impuesta por este gobierno en relación a los demás que transitaron la era democrática, es la de suponer que mantener un alineamiento irrestricto a la política exterior de Estados Unidos y un eventual acercamiento a las posturas propias de los socios de la OTAN, hará que el Reino Unido tenga una mayor disposición a discutir y negociar la soberanía sobre las Islas.
En la historia de las naciones no existen casos en que la pasividad y la cooperación asimétrica con una potencia ocupante implique por sí misma una potencial devolución del territorio controlado militarmente por el actor en cuestión. Por el contrario, y como viene evidenciando el avance diplomático y militar británico, la aquiescencia frente a la ocupación tiende a fortalecer el escenario actual que la Argentina debe modificar.
Asimismo, a este acoplamiento de la política exterior nacional a los intereses de la potencia hemisférica, se le suma una inédita aversión a toda relación madura con los países de la región. En América Latina el gobierno decidió no enviar embajadores de carrera a tres países, y se ausentó de las cumbres de la CELAC y el Mercosur[10], lo que marca una severa distancia con la región precursora de una zona de paz que contribuyó a posicionar al país de manera favorable en los años posteriores al conflicto de 1982.
En definitiva, el saldo de este primer año de gestión respecto a la cuestión ha sido de una pasividad prácticamente inédita en la historia, al tiempo que el accionar británico afianza su control sobre el territorio y el espacio marítimo.
Los esfuerzos por dotar de densidad a una nueva política exterior se encuentran orientados a moldearla en virtud de los designios ideológicos de la fuerza política que conduce más que por el respeto a los lineamientos tradicionales de la diplomacia nacional. Bajo este marco, queda en evidencia que la cuestión Malvinas se encuentra al margen de las prioridades que el gobierno le otorga a su accionar internacional.
Una causa para el desarrollo
El abordaje de la problemática en torno a Malvinas en las condiciones que hoy se encuentra el país, requiere necesariamente ser realizado desde la cuestión del desarrollo. Trabajar con criterios comunes en los distintos ámbitos de interacción con el entorno global, como el económico, el diplomático, y de defensa resulta imprescindible para dotar al país de la relevancia necesaria para alcanzar objetivos concretos en el escenario en cuestión, y contrapesar la injerencia británica mediante el encarecimiento de sus acciones.
Desandar de manera abrupta los caminos que institucionalmente se consolidaron a través de los años, hiere el prestigio con que las naciones suelen legitimar su accionar en los ámbitos diplomáticos. La opción por una política exterior más intransigente no resulta conveniente para aquellas naciones sin poder relativo gravitante que pretendan afianzar sus intereses con mayor autonomía. En el caso argentino, esta apreciación sumada a la particularidad de tener parte del territorio soberano ocupado por una potencia extrarregional, socia de la OTAN, hace que el hiper-occidentalismo adoptado como premisa fundamental para definir el margen de acción internacional implique necesariamente mayores costos que beneficios.
Una estrategia adecuada en torno a la cuestión Malvinas implica necesariamente que la organización de la Defensa nacional encuentre complementariedad con una Política exterior consustancial al cumplimiento de estos objetivos soberanos. Las acciones gubernamentales que se proyectan en el ámbito externo son la primera línea en la estrategia internacional de un país, en tanto que marcan su posición oficial y comunican sus intenciones e intereses. Mientras que la política de defensa representa la capacidad material efectiva para resguardo de esa posición en el sistema internacional.
El problema de esta ocupación ilegítima en territorio nacional hace que la relación identitaria que la Argentina tiene con Occidente quede subordinada a un sistema de Defensa activo[11], orientado a satisfacer los intereses nacionales en el Atlántico Sur, y a garantizar su seguridad frente a las amenazas provenientes del sistema internacional. Es decir que, dadas las condiciones actuales, la actitud con que el país se desempeñe en el escenario internacional, sea desde los ámbitos diplomático o defensivo, deberían guiarse por su seguridad y su condición de país con intereses marítimos y territorio en disputa, antes que por la motivación de demostrar su pertenencia a Occidente sin reparos.
Los esfuerzos por modificar la estrategia nacional en torno a Malvinas no deberían estar orientados a fortalecer la relación asimétrica que se mantiene con la potencia extrarregional, ni mucho menos cooperar con el control que esta misma ejerce sobre el territorio en disputa, a pesar del incumplimiento del derecho internacional que Argentina históricamente se empeñó en respetar.
De esta manera, resulta imprescindible respetar las disposiciones en las cuales se enmarca y estructura la Defensa Nacional[12]. El sistema de Defensa debe contemplar entonces tanto los espacios en los que ejerce soberanía de manera efectiva, como aquellos en los que el ejercicio de su soberanía se ve afectado por la ocupación militar de una potencia colonial. Estructurar el sistema de defensa en tal sentido, implica no sólo adquirir más y mejores capacidades para mantener y profundizar el control efectivo de su territorio, sino también movilizar los recursos en pos de organizar el instrumento militar a los efectos de limitar el margen de acción de la contraparte.
La cuestión Malvinas es precisamente uno de los pilares en los que el país debe estructurar tanto su estrategia de relacionamiento con el mundo como la dimensión internacional de su política de Defensa. En este sentido, el fin de la prudencia con que el gobierno comenzó a manejar los asuntos internacionales, perjudica sustancialmente a su posición histórica en relación al diferendo que se mantiene con el Reino Unido de Gran Bretaña.
En definitiva, entender a la Argentina como un país marítimo, con intereses estratégicos en las islas del Atlántico Sur y proyección antártica, implica elaborar políticas públicas concretas que vayan más allá del legítimo reclamo de soberanía ante los organismos internacionales. Anclar esta idea a un planeamiento estratégico que contemple una política de defensa con más y mejores capacidades resulta impostergable si se pretende afianzar la posición frente a todos los actores que intervienen en el Atlántico Sur.
La adquisición de nuevos buques militares de superficie y submarinos, el incentivo a la industria naval, la conformación de una marina mercante de bandera nacional, la integración del sistema marítimo y fluvial del país, la mejora de infraestructuras portuarias en la Patagonia, la creación del Polo Logístico Antártico en la ciudad de Ushuaia y la concreción de proyectos estratégicos que generen encadenamientos productivos, son aspectos que indefectiblemente pueden arrojar resultados más sustanciosos en ese sentido.
Asimismo, un fortalecimiento del poder marítimo debe estar consustanciado con una política exterior acorde a estos objetivos, mediante la construcción de un entorno regional favorable, que se exprese con propuestas de acción conjunta con el resto de los países de Sudamérica y permita optimizar la presencia en los espacios marítimos con mayor autonomía.
Más allá del conflicto de 1982, la Cuestión Malvinas debe entenderse como un incentivo para alcanzar el desarrollo en su sentido más amplio, abarcando sus múltiples dimensiones: económica, social, política y militar. Encarar esta tarea y resignificar los intereses argentinos en el Atlántico Sur, es el mejor homenaje que podemos rendir a quienes lucharon y entregaron su vida por la defensa de nuestra soberanía.
Anexo
Breve cronología de los principales hechos
| Enero 2024 | En enero de 2024, a pocos días de haber iniciado su período presidencial, Javier Milei mantuvo un encuentro bilateral con David Cameron -canciller y ex primer ministro britanico- durante el Foro Económico Mundial en Davos. |
| Febrero 2024 | David Cameron viajó a las Islas Malvinas, en lo que fue la primera visita de un funcionario de ese país en treinta años, y reivindicó la ocupación ejercida en el territorio. Ante esto, el gobierno argentino no emitió comunicado oficial alguno, como se acostumbró en gestiones anteriores ante cada aseveración británica en relación a Malvinas, y sólo se deslizó un irónico comentario de la canciller argentina desde su cuenta personal en la red social X.[13] Diana Mondino se reunió con David Cámeron días después del suceso en el marco de la Cumbre de Cancilleres del G-20 realizada en Río de Janeiro, en donde según publicó Cancillería, se manifestó el malestar por aquella visita y se reafirmaron los derechos de soberanía de la República Argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas, destacando además que a pesar de esta situación, señalaron la relevancia de avanzar en la “cooperación en áreas mutuamente beneficiosas”. Cuatro días después del encuentro bilateral, el Reino Unido estableció unilateralmente la extensión de 170.000 km2 adicionales sobre el límite de lo que este país denomina el Área Marítima Protegida de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, imponiendo restricciones totales a la navegación y la pesca en buena parte del Mar Argentino.[14] Esta vez, la Cancillería argentina notificó una protesta formal ante la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR). Esto se da en un contexto donde otras potencias comienzan a realizar actividades de exploración en la Antártida.[15] |
| Abril 2024 | El 2 de abril, en conmemoración del Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas, Milei emitió un discurso en el que le otorgó mayor centralidad a la “reconciliación con las Fuerzas Armadas”, su “reconocimiento” y su “fortalecimiento” -condición necesaria para la consolidación de la posición argentina en el conflicto- que al apenas mencionado “inclaudicable reclamo de soberanía”.[16] El 4 de abril, Javier Milei anunció en la ciudad de Ushuaia la construcción de la Base Naval Integrada, junto a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos[17], dando lugar a especulaciones sobre la injerencia que podrían tener las Fuerzas Armadas norteamericanas sobre su financiamiento y funcionalidad. El hecho de que el evento se haya desarrollado apenas tres días después del 2 de abril, y a sólo 671 km de las islas disputadas con el aliado especial de Estados Unidos, marca su trascendencia desde los puntos de vista histórico y geopolítico. |
| Julio 2024 | Luego de una consulta popular en las Islas Malvinas, el Reino Unido avanza con el proyecto de extracción de petróleo en el yacimiento Sea Lion, situado a 220 km al norte de las Islas y llevado a cabo por la empresa israelí NAVITAS PETROLEUM LP. Los funcionarios locales sostienen que tienen derecho a utilizar estos recursos según lo estimen conveniente, apoyados por el reconocimiento y respaldo del gobierno del Reino Unido. |
| Septiembre 2024 | El 24 de septiembre, en el marco de la participación del Presidente Javier Milei en la Asamblea General de Naciones Unidas, las Cancillerías argentina y británica emitieron un comunicado de manera simultánea que -en lo que denomina una renovada etapa de la relación bilateral- materializa un claro retroceso de la posición Argentina. En ese marco, la referencia a la cuestión Malvinas en el discurso del presidente ante la Asamblea General se enmarcó de manera desdibujada en una crítica al funcionamiento de Naciones Unidas; “Tampoco la organización ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano, en la relación con las Islas Malvinas”.[18]. El 27 de septiembre, la Cancillería argentina emitió un comunicado en el cual reitera su repudio a las actividades ilegales llevadas a cabo por la empresa de origen israelí NAVITAS PETROLEUM LP en las Islas Malvinas, que opera ilegítimamente en territorio argentino y no cuenta con permisos de exploración y explotación de hidrocarburos de la autoridad competente.[19] |
| Octubre 2024 | El sitio oficial del Gobierno reprodujo el 22 de octubre un comunicado que la Cancillería había difundido en el que denominaba a las Islas Malvinas como “Islas Falklands/Malvinas” lo que provocó acusaciones cruzadas entre dicha cartera y el Ministerio de Defensa.[20] |
| Noviembre 2024 | El 10 de noviembre estuvo en Malvinas el ministro de las Fuerzas Armadas del Reino Unido -equivalente a un subsecretario de Defensa- Luke Pollard, en oportunidad de el “Remembrance Day”, una celebración británica destinada a evocar a los caídos en todos los conflictos bélicos de la historia del Reino Unido. La visita sucedió días después de haber declarado “queremos una relación productiva con la Argentina, pero el mensaje inequívoco es que las islas son británicas”.[21] |
| Enero 2025 | El 3 de enero, la Cancillería argentina emitió un comunicado en el marco del 192° aniversario de la ocupación ilegal de las islas por parte de Gran Bretaña en 1833, en el cual reivindica el histórico reclamo de soberanía, rechaza las actividades de exploración de recursos naturales, y manifiesta una vez más su disposición a reanudar las negociaciones bilaterales que permitan encontrar una solución a esta disputa de soberanía y dar fin a la situación colonial.[22] El Gobierno de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur denunció la presencia del rompehielos británico RRS Sir David Attenborough en aguas argentinas, con la bandera de «Falklands», ilegal en el país. La embarcación navegó por el estrecho de Le Maire, que separa la Isla Grande de Tierra del Fuego de la Isla de los Estados, tras partir desde el archipiélago ocupado con destino a la base antártica británica de Rothera.[23] |
NOTAS
[1] Fundación Poliedro (25/09/24) Malvinas hoy: una causa nacional a la sombra de una política exterior ambivalente. Dirección de Política Exterior y Defensa Nacional. Fundación Poliedro. Agosto, 2024. https://fundacionpoliedro.com/politica-exterior-y-defensa-nacional/malvinas-hoy-una-causa-nacional-a-la-sombra-de-una-politica-exterior-ambivalente/
[2] Se conoce así al informe elaborado por la Comisión de análisis y evaluación de las responsabilidades políticas y estratégicas militares en el conflicto del Atlántico Sur creada en secreto el 2 de diciembre de 1982 por la Junta Militar mediante el Decreto N° 71/82, a los efectos de investigar el desempeño en el ejercicio de las funciones de la conducción política y estratégico-militar durante conflicto, y que fuera desclasificado en el año 2012 mediante el Decreto N° 200/12.
[3] Fundación Poliedro (2024). El mundo según Milei ¿hacia una nueva doctrina de política exterior? Análisis de un año de política exterior. Dirección de Política Exterior y Defensa Nacional. Fundación Poliedro. Diciembre, 2024. https://fundacionpoliedro.com/politica-exterior-y-defensa-nacional/el-mundo-segun-milei-hacia-una-nueva-doctrina-de-politica-exterior/
[4] Noticias UNSAM (28/08/23). 5 claves para entender la importancia del ingreso de Argentina al BRICS.
[5] Russell, Roberto y Tokatlián, Juan Gabriel (2013). América Latina y su gran estrategia: entre la aquiescencia y la autonomía. Revista CIDOB d’Afers Internacionals n.104, p. 157-180 ISSN:1133-6595 E-ISSN:2013-035X.
[6] Obra cumbre de Carlos Escude, quien trazó los fundamentos teóricos de la política exterior del primer menemismo como asesor del canciller Guido di Tella. Las “relaciones carnales” como concepto casi ineludible para referirse a la época, es en realidad una mala y corta interpretación de ese realismo periférico.
[7] Fundación Poliedro (2024). El mundo según Milei ¿hacia una nueva doctrina de política exterior? Análisis de un año de política exterior. Dirección de Política Exterior y Defensa Nacional. Fundación Poliedro. Diciembre, 2024. https://fundacionpoliedro.com/politica-exterior-y-defensa-nacional/el-mundo-segun-milei-hacia-una-nueva-doctrina-de-politica-exterior/
[8] Busso, A. (2024). La política exterior de Javier Milei frente a Estados Unidos: un escenario de múltiples acoplamientos. Anuario en Relaciones Internacionales 2024. Departamento de América del Norte.
[9] Fundación Poliedro (2024). El mundo según Milei ¿hacia una nueva doctrina de política exterior? Análisis de un año de política exterior. Dirección de Política Exterior y Defensa Nacional. Fundación Poliedro. Diciembre, 2024. https://fundacionpoliedro.com/politica-exterior-y-defensa-nacional/el-mundo-segun-milei-hacia-una-nueva-doctrina-de-politica-exterior/
[10] Cenital (28/11/24). Malvinas en tiempos libertarios: una reflexión sobre la política exterior de Milei. Por Juan Gabriel Tokatlian. https://cenital.com/malvinas-en-tiempos-libertarios-una-reflexion-sobre-la-politica-exterior-de-milei/
[11] Magnani, E. (2024). “Defensa defensiva, pero activa y revisionista para la Argentina”. Universidad Nacional de La Plata. https://revistas.unlp.edu.ar/malvinas/article/view/16870/18322
[12] Por un lado, la Constitución Nacional vigente estipula en su Disposición Transitoria Primera que la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescindible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional (Constitución de la Nación Argentina, 1994); a tiempo que el Artículo V de la Ley 23.554/88, de Defensa Nacional, establece que la Defensa Nacional abarca los espacios continentales, Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y demás espacios insulares, marítimos y aéreos de la República Argentina, así como el Sector Antártico Argentino”.
[13] La funcionaria le agradeció en redes sociales por “incluir a la Argentina en su visita a la región” (Infobae, 20/02/24).
[14] Infobae (03/03/24). Malvinas: Londres amplió unilateralmente su control sobre el Mar Argentino y la Cancillería argentina protestó. https://www.infobae.com/politica/2024/03/03/malvinas-londres-amplio-unilateralmente-su-control-sobre-el-mar-argentino-y-la-cancilleria-argentina-protesto/
[15] A su vez, Rusia procuró recientemente ir más lejos al desarrollar actividades de prospección directamente en el continente antártico, en las que descubrió importantes reservas de petróleo. Si bien estas actividades fueron realizadas en los mares de Amundsen y Ross -fuera del espacio que Argentina disputa con el Reino Unido y Chile-, están al margen del Tratado Antártico y su Protocolo Ambiental, y podrían ser un foco de tensión geopolítica para la gobernanza que rige el accionar en el continente.
[16] Pagina 12 (02/04/24). El discurso de Javier Milei por Malvinas: liberalismo y “reconciliación” con las Fuerzas Armadas. https://www.pagina12.com.ar/725934-el-discurso-de-javier-milei-por-malvinas-liberalismo-y-recon
[17] El País (04/04/24). Milei anuncia una “base naval conjunta” con Estados Unidos en la Patagonia argentina. https://elpais.com/argentina/2024-04-05/milei-anuncia-una-base-naval-conjunta-con-estados-unidos-en-lapatagonia-argentina.html#:~:text=El%20Gobierno%20de%20Milei%20no,militar%20en%20el%20Atl%C3%A1ntico%20Sur.
[18] Casa Rosada (24/09/24). Palabras del Presidente de la Nación Javier Milei, en el debate general, del 79 Período de Sesiones, de la Asamblea General de Naciones Unidas, Nueva York, Estados Unidos. https://www.casarosada.gob.ar/informacion/discursos/50676-palabras-del-presidente-de-la-nacion-javier-milei-en-el-debate-general-del-79-periodo-de-sesiones-de-la-asamblea-general-de-naciones-unidas-nueva-york-estados-unidos
[19] https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/repudio-de-la-republica-argentina-las-actividades-ilegales-llevadas-cabo-por-la
[20] La Nación (24/10/24). Mondino apunta a una interna en el Gobierno por un comunicado oficial que llamó Falklands a las Malvinas. https://www.lanacion.com.ar/politica/en-un-comunicado-el-gobierno-llamo-falklands-a-las-islas-malvinas-nid23102024/
[21] La Nación (10/11/24). Silencio del Gobierno ante la visita de un alto funcionario británico a las Islas Malvinas. https://www.lanacion.com.ar/politica/silencio-del-gobierno-ante-la-visita-de-un-alto-funcionario-britanico-a-las-islas-malvinas-nid10112024/
[22] https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/cuestion-de-las-islas-malvinas-la-argentina-reafirma-sus-legitimos-derechos-de-3
[23] https://www.perfil.com/noticias/sociedad/violacion-de-la-soberania-tierra-del-fuego-denuncio-que-un-buque-ingles-navego-las-costas-argentinas.phtml



