RESUMEN
La existencia de reservas en las Fuerzas Armadas cumple un rol fundamental en incrementar la capacidad potencial de disuasión de un Estado. El no priorizar una política de reservas implica prescindir de una estrategia costo-efectiva para fortalecer el Sistema de Defensa Nacional.
Las reservas en Argentina enfrentan en la actualidad al menos tres problemáticas que atentan contra su funcionamiento: insuficiencia en el registro, limitación presupuestaria y fragmentación normativa. Por otro lado, el país se encuentra en seria desventaja cuantitativa en comparación con otros países del mundo y de la región.
La inexistencia de una cifra exacta y oficial acerca de la cantidad de reservistas que hay en cada una de las fuerzas impide estimar con precisión la capacidad de expansión del poderío militar y limita la toma de decisión debidamente informada previa a una eventual convocatoria. La limitación presupuestaria impacta directamente en la capacidad de cada una de las fuerzas para instruir a futuros reservistas y en el número de cupos disponibles anualmente para desarrollar esta actividad. Como resultado, cada fuerza recurre a sus propias modalidades de formación y criterios de selección. Por último, se observa una fragmentación significativa en el marco normativo y, específicamente, en las regulaciones legales necesarias para institucionalizar la formación de reservas de manera uniforme para las tres fuerzas armadas. Dicha fragmentación se ve reflejada en la existencia de iniciativas valiosas pero aisladas a la hora de promover la capacitación de reservistas civiles.
A diferencia de otras discusiones que se dan en el marco del sistema de Defensa Nacional donde existen posturas disímiles, la cuestión de las reservas cuenta con un importante nivel de consenso en determinados puntos, que permiten delinear una reforma sostenible y la consolidación de una política de Estado.
En un país con serias restricciones presupuestarias, la formación de civiles como reservistas representa una alternativa económica para incrementar la capacidad disuasiva, aunque no es gratuita. Además de un marco legal apropiado para ordenar el sistema, se requiere una mayor inversión que permita incentivar a los futuros reservistas. En el sistema de formación de reservas que adopte la Argentina debería primar un sentido de flexibilidad. Esto significa que la natural y necesaria rigidez de la institución castrense en torno a sus estándares de adiestramiento y alistamiento no debería tener un impacto negativo en su capacidad de reclutamiento en el mundo civil. Para ello deben revisarse las distintas modalidades de convocatoria y de adiestramiento.
Aunque se considera que las reservas son una opción más económica para fortalecer la defensa nacional, su implementación requerirá una inversión significativa y sostenida. Esto implica no solo cubrir los costos básicos del entrenamiento y equipamiento, sino también establecer incentivos concretos como becas universitarias o beneficios fiscales, para que ser reservista represente un compromiso retribuido. El rol del reservista no debe limitarse a un refuerzo en tiempos de guerra, sino que debe también integrarse con funciones útiles y continuas en tiempos de paz, aprovechando su experiencia profesional civil.
En este marco, se propone una visión moderna de las reservas, que incluya la formación de una reserva cibernética con civiles especializados en áreas estratégicas como ingeniería, inteligencia artificial o ciencia de datos. La experiencia de países como Dinamarca, Suecia o Finlandia sirve como referencia para desarrollar un modelo propio que aproveche la formación previa de profesionales argentinos, especialmente en sectores vinculados a la ciberdefensa.
A su vez, se sugiere crear una reserva de operadores de drones, dado el creciente protagonismo de estas tecnologías en los conflictos modernos. Por último, cualquier legislación futura deberá evitar rigideces que limiten la operatividad de las Fuerzas Armadas, favoreciendo esquemas de convocatoria voluntaria y flexible, para facilitar una integración eficiente entre capacidades civiles y militares en beneficio de la defensa nacional.
Desde la Fundación Poliedro entendemos que es oportuno y necesario consolidar una política sostenible en torno a las reservas que favorezca una virtuosa retroalimentación de capacidades civiles y militares, que abra nuevos horizontes hacia la evolución tecnológica y operativa de las fuerzas.
El presente documento pretende contribuir a esta discusión vigente y necesaria exponiendo el estado de situación de las reservas, indagando en su estructura y conformación, así como en las principales problemáticas que enfrenta. También se analizan las experiencias recientes a nivel local, los debates y propuestas legislativas en torno a la necesidad de actualización y por último se rescatan experiencias de otros países buscando ofrecer una serie de alternativas que podrían ser tomadas en consideración para mejorar el cuadro de situación actual.



