RESUMEN
A la hora de evaluar el grado de desarrollo de las sociedades contemporáneas, el nivel de salud de la población emerge como un indicador ineludible. En este sentido, la salud no es sólo consecuencia sino también causa del desarrollo de las sociedades.
En Argentina, las tendencias globales vinculadas a los problemas ambientales, el envejecimiento poblacional, los cambios tecnológicos y laborales y las limitaciones de los sistemas políticos se combinan con problemáticas locales vinculadas a la organización y a la dinámica del sistema de salud, potenciando sus efectos negativos.
Si bien el país se encuentra en una fase avanzada de la transición demográfica y epidemiológica -en la cual las enfermedades no transmisibles ganan preponderancia-, aún persiste un marcado peso de las enfermedades transmisibles. A su vez, hacia el interior del territorio nacional se verifican importantes desigualdades e inequidades en la estructura y dinámica poblacional, en los indicadores socioeconómicos -los cuales incluyen importantes determinantes sociales de la salud- y en el perfil de morbimortalidad.
En este marco, se vuelve imperiosa la necesidad de afrontar los desafíos que condicionan la plena realización del derecho a la salud en Argentina, sin dejar de reconocer la trascendencia de los determinantes sociales de la salud y el contexto económico, político y social en el proceso salud-enfermedad de la población, pero enfatizando el abordaje de su vínculo con la organización general del sistema de salud, sus funciones y los resultados que produce. En ese sentido, dichos desafíos pueden ser comprendidos en el marco de cuatro funciones diferentes:
- Gobierno: entendida como la capacidad de dirigir el sistema en su conjunto mediante políticas, decisiones, normas y su consecuente aplicación;
- Financiamiento: entendida como el proceso de recaudación de ingresos, su acumulación y posterior asignación a las acciones que hacen posible la prestación de servicios, buscando asegurar la disponibilidad de recursos para la salud y proporcionando incentivos adecuados para que todas las personas puedan acceder efectivamente a los mismos.
- Generación de recursos: incluyendo personal de salud, equipos médicos, infraestructura y consumibles -medicamentos, dispositivos médicos y vacunas, entre otros-.
- Provisión de servicios: implica la combinación estratégica de insumos en un proceso de producción que se desarrolla dentro de un marco orgánico específico, y que tiene como objetivo final proporcionar una serie de actividades asistenciales e intervenciones de salud.
Desde Poliedro consideramos necesario concebir la gestión de la salud como una cuestión de Estado, reconociendo que no puede haber un proyecto de Nación ni una comunidad que se realice a sí misma sin un proyecto sanitario nacional. Reconocer la centralidad de la organización de los sistemas de salud es fundamental para abordar las particularidades que impiden que Argentina alcance su máximo potencial en términos de resultados sanitarios.
El estado de situación actual, refleja la urgente necesidad de un proyecto de transformación de largo plazo, capaz de reunir e integrar los intereses de los argentinos, atendiendo a la realidad de cada jurisdicción y aprovechando el valor diferencial que aporta cada subsistema en el marco de la particularidad de nuestro sistema de salud.
Si bien la discusión sobre la integración es el gran pendiente del debate sanitario argentino -entendida como la síntesis a los problemas de organización y dinámica de nuestro sistema-, existen otras problemáticas emergentes complementarias que deben abordarse de forma particular. Son ejemplo de ellas la crisis en el talento humano en salud, los derivados de la realidad actual del mercado laboral y el envejecimiento poblacional, los desafíos en el financiamiento asociados a la innovación en salud, y la emergencia de agendas asociadas a la salud digital, entre otros.
Este proyecto de transformación debe ser visto no solo como una serie de reformas técnicas, sino como una reestructuración profunda que revalorice el rol de cada actor en el sistema de salud, que promueva la colaboración intersectorial y que garantice que todos los argentinos puedan acceder a una atención de salud de calidad, independientemente de su ubicación geográfica o condición socioeconómica. El fuerte consenso social en torno a la importancia de la salud en Argentina constituye el punto de partida desde el cual las discusiones sectoriales deben trascender e interactuar con el resto del campo político.
El presente trabajo tiene como objetivo aportar a la reflexión sobre el lugar que ocupa la salud en un proyecto de desarrollo nacional, en particular enfocado en el estado actual de la población argentina y los desafíos principales que enfrenta nuestro sistema de salud.