RESUMEN
La persistencia de un escenario internacional convulsionado, en el cual los conflictos interestatales no pierden vigencia, hace necesario desarrollar una política exterior acorde a los intereses y a las capacidades de incidencia del país en el escenario internacional.
El presente documento tiene el objetivo de sintetizar un diagnóstico sobre el funcionamiento del sistema internacional y los principales ejes conceptuales y teóricos que lo articulan, recuperando las nociones de “sistema” y “orden” -centrales en las Relaciones Internacionales y la Política Exterior como campos disciplinarios y de acción concreta-, buscando poner en análisis el tipo de sistema en el cual se inserta la Argentina actual.
El sistema internacional del siglo XXI se encuentra en transición tras el final de la Guerra Fría y el paso a la hegemonía estadounidense que hoy se encuentra en proceso de declinación, la cual también se explica a partir del ascenso de China. El interrogante que surge es si realmente estamos en las vísperas de un “orden mundial”, o de un “sistema internacional”, edificado bajo una estructura de tipo “multipolar”.
Es en este diagnóstico, partiendo de un repaso histórico sobre la evolución del sistema internacional hasta llegar al actual debate sobre la multipolaridad, en donde debe erigirse una política exterior atenta al devenir histórico y a la posición que el país ha adquirido en cada momento de su vida diplomática. A la vez que es necesario codificar correctamente las señales provenientes de un mundo en transición donde no es conveniente la anacronía romántica de la guerra fría, la nostalgia amnésica de la década del Consenso de Washington o la creencia inocente de que un orden no occidental es necesariamente más igualitario.
Desde Poliedro entendemos que la política exterior argentina tiene que acompañar armoniosamente a un modelo de desarrollo estratégico y de largo plazo constituyendo un medio para su prosperidad. Consideramos necesario evitar las oscilaciones que se han producido en las últimas décadas, la ideologización del relacionamiento bilateral o multilateral, y las genuflexiones ante distintas potencias.
